Pasarelas verdes es de esos proyectos en que es amor a primera vista. Y vaya que vista. Imagina las Torres San Borja de fondo, aire fresco al atardecer, música e intervención urbana en crecimiento.
Un grupo de ocho estudiantes de arquitectura de la Universidad de Chile llevan adelante la idea de convertir las pasarelas que unen este conjunto de edificios, en un espacio común y público para los vecinos y para todo Santiago.
Mientras fueron compañeros de taller trabajaron durante un año en torno a la remodelación San Borja y durante un asado (donde surgen muchas ideas geniales) apostaron por devolverle la vida a la abandonada estructura. Postularon a un fondo de la universidad, ganaron y evaluaron las mejores opciones junto a los habitantes de las torres.
Ahí vieron que la forma más rápida era provocar impacto con cosas simples. Plantas, quitasoles, unas bancas y listo. Comenzaron lento, esperando que se liberaran los fondos de la universidad pero ya en octubre de 2014 partieron con la operación limpieza. Gabriela, parte del equipo, recuerda que encontraron mucha maleza, basura, tierra dura y arcillosa que no tenía buen pronóstico, además de “un par de arañas medias muertas”.
Pero la picota y las ganas fueron más y en los últimos meses han visto como literalmente las semillas dieron sus frutos. El inhóspito paraje, habitual de indigentes y foco de delincuencia, ha dado paso a un patio en altura.
Ya se han hecho cinco jornadas de plantación, las que se han acompañado de tocatas musicales. Primero de artistas conocidos y ya con el avance del tiempo, de algunos más consagrados. Es así como la semana pasada estuvo en escena Natisú y Mariana Paraway y para hoy jueves, el turno será de Tus Amigos Nuevos y Los Sonidos.
“Queremos que este proyecto vaya más allá de una iniciativa estudiantil, por eso nos pusimos en contacto con los vecinos, con la Municipalidad de Santiago y otras organizaciones para mantener esto en el tiempo. La idea es abrir las pasarelas no sólo por un rato, si no que se arme un espacio público abierto” agrega Gabriela.
En diciembre de hecho, la Municipalidad de Santiago se unió con un ciclo de cine de barrio donde se exhibieron El secreto de sus ojos, Blue Jazmin, Gloria y La vie en rose.
Si bien, existe confusión sobre la pertenencia del espacio (hay documentos que dicen que es del Serviu y otros que es de la comunidad de vecinos), lo cierto es que por ahora está detenida la construcción del gimnasio que se quiere colocar en su lugar.
El equipo interventor está esperanzado en el futuro: «tenemos las llaves para abrir las pasarelas y la confianza de los vecinos que hemos ido ganando después de un largo trabajo».
Por ahora queda seguir llenando la programación y ver cómo van creciendo las plantas. Desde flores y legumbres, que han sido la gran sorpresa de la plantación. “Te compras un paquete de porotos en el supermercado y en tres semanas las jardineras se llenan de verde”, afirma feliz Gabriela.
